Desde tan lejos... nunca pensé que razonaba como el resto de la gente. Desde tan lejos, nunca imaginé que pudiera acercarme tanto al presente.

jueves, 24 de mayo de 2007

Corazones marineros




Hay historias que se escuchan tantas veces en los medios que se vuelven manidas y sin relevancia, apenas nos ocupan unos minutos de nuestra atención. Si te tocan más de cerca y las escuchas de primera o segunda mano, se acercan hasta que al menos te hacen reflexionar.

- ¿Ya han hecho las pruebas a tu padre?

- Sí, esta todo correcto. Su cuerpo puede permitir la operación. Ahora está en la lista de espera para que le transplante un corazón nuevo. Le han dicho que no se aleje a más de dos horas del hospital, por si el donante aparece.


Tiene que ser duro saber que esperas a que muera alguien, para poder coger un pedacito de esa persona, y puedas seguir viviendo. Tiene que ser duro sobre todo en una persona que ha vivido tanto, que ha exprimido al máximo su vida. Choca el imaginarte que tu corazón, va a ser sustituido por el de otra persona. Ponerse en la piel de receptor es complicado. Todos sabemos que el corazón es una víscera, que cumple su función de bombear sangre. Todos aplicamos tantas connotaciones a este órgano, que se nos hace difícil pensar que el corazón de otra persona pueda funcionar en nuestro cuerpo. Si la persona que recibe el corazón está realmente convencida de que lo que siente, lo siente con su corazón, debe tener la cabeza hecha un lío. O acaso no nos late el corazón más fuerte cuando nos emocionamos. O acaso no se nos ponen los pelos de punta cuando sentimos el corazón de la persona a la que queremos…

- ¿Y tu padre no está nervioso?

- No, que va! Está hecho un chaval. Está deseando tener un nuevo corazón, para poder seguir con su vida de marinero, de juergas, de mujeres y excesos.

Y a uno se le ponen la piel de gallina al escuchar eso de una persona de más de sesenta años. Un corazón nuevo. Un latido nuevo. Emociones nuevas. ¿Cuántas personas serían capaces de vivir con el corazón de otra persona?

- ¿De verdad que a tu padre no está al menos un poco preocupado?

- Bueno, un poco sí. Él dice que si le transplantan un corazón de una persona fan del Barcelona, es capaz de arrancárselo.

- Pero… Si las donaciones son anónimas… ¿cómo se va enterar de que el corazón que recibe es de un fan culé?

- Dice que cuando ya lo tenga dentro de su cuerpo, si escucha un gol del Barsa y se le ponen los pelos de punta, se marcha al hospital para que se lo quiten…

- Ups…

Aunque un corazón no sea capaz de sentir por sí mismo. Aunque una persona en vida sea mucho más que su corazón. Aunque los familiares del fallecido puedan pensar que la vida sigue presente en otra persona. Si nos miramos a los ojos y de pronto nos late más fuerte el corazón, ¿quién es dueño de sus emociones? ¿Quién es capaz de parar su corazón?

Suerte, al marinero. Seguro que encuentra su corazón.

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