Desde tan lejos... nunca pensé que razonaba como el resto de la gente. Desde tan lejos, nunca imaginé que pudiera acercarme tanto al presente.

lunes, 23 de abril de 2007

Elegir, planificar, optar, esperar (parte II)

El motivo de mi retraso al escribir no es otro que intentar no evidenciar evidencias. Haré un esfuerzo sobrehumano, lo intentaré. Uf. Ejem. En fín. Allá voy.


Últimamente no hago más que pensar el post (8 de Agosto de 2006) que dejé en mi antiguo planeta. Su título era Elegir, planificar, optar, esperar. Nunca pensé que me viniera tan a cuento. No puedo evitar tener sensaciones extrañas, nuevas. No puedo evitar estar inmensamente feliz, a la vez de sentir un inmenso miedo a lo desconocido. Como cuando me trazaba una línea imaginaria. Todos hemos tomado decisiones, sin saber muy bien porqué las tomábamos. Decisiones importantes. O eso creíamos. Nos sentimos indefensos cuando elegimos, optamos, planificamos sin haber dedicado el tiempo que realmente creemos que debemos dedicar. El componente instintivo, emocional y visceral de la naturaleza está ahí. Detrás de nosotros. Y hay momentos en la vida que surge. Y de pronto, no te hace falta pensar tanto, ni planificar tanto. Simplemente actuamos. Elegimos. Optamos. Y a veces, acertamos, y a veces nos equivocamos. Lo que es evidente es que hay decisiones, que si se decidiesen pensar lo suficiente, jamás se tomarían. Por eso está la naturaleza. Sabia ella. Por eso, tengo un bulle, bulle raro, único, indescriptible.

3 comentarios:

Sakura dijo...

Cualquier decisión implica una renuncia.

ladhu dijo...

Renuncias a unas cosas, a cambio de otras. Siempre se intenta cambiar a mejor. Siempre.

Sakura dijo...

Por supuesto. Uno no decide renunciar a algo si no va a obtener a cambio algo mejor.
Lo importante es saber a lo que se renuncia, decidir de manera informada y siendo plenamente consciente de que no se puede tener todo.
Como dijo alguien a quien admiro:
"Cuando tiene que decidir el corazón es mejor que decida la cabeza."
Enrique Jardiel Poncela