Y qué fue de aquel planeta enano, degradado de su condición de planeta, y que en dos años y tres meses me ha servido de válvula de escape. Pues, resulta que se convirtió en Ave Fénix, para resurgir de sus cenizas.
No sé como empezar a escribir. Me acongoja resumir las últimas semanas. Podría contaros una historia muy larga, muy larga. Podría relatar y adornar cada segundo. Pero para eso tengo bastantes posts por delante. De momento, no puedo evitar sentirme feliz, muy feliz. Me alegro de volver. Prometo continuar.
Desde tan lejos... nunca pensé que razonaba como el resto de la gente. Desde tan lejos, nunca imaginé que pudiera acercarme tanto al presente.
jueves, 22 de marzo de 2007
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